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martes, 12 de mayo de 2020

Tres años...

Hace que lo incié
fué en el 2017
cuando estaban por cumplirse
los 100 años de las 
apariciones de nuestra Madre
en Fátima, Portugal.





 Sabia cuando lo inicié
que probablemente quedaría
sin terminar...



Dios sabe
 que no me gustan los bordados
largos...

Pero igual, tenia muchas
ganas  de intentarlo,






me tomó
casí dos años!



Bordando al menos
una hora al día...

Logré terminarlo.



Y hoy
he decidido dedicárselo a mi
 Dulce Madre María.


¡Oh santísima Virgen María, Madre nuestra dulcísima!, 
que escogiste a los pastorcitos de Fátima 
para mostrar al mundo las ternuras 
de vuestro Corazón misericordioso,
 y les propusiste la devoción al mismo 
como el medio con el cual Dios 
quiere dar la paz al mundo, 
como el camino para llevar las almas a Dios,
 y como una prenda suprema de salvación.
 Haced, ¡oh Corazón de la más tierna de las madres!, 
que sepamos comprender vuestro mensaje de amor
 y de misericordia, que lo abracemos con filial adhesión
 y que lo practiquemos siempre con fervor; 
y así sea vuestro Corazón nuestro refugio,
 nuestro consuelo y el camino que nos conduzca
 al amor y a la unión con vuestro Hijo Jesús.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Y dijo María:






 «Engrandece mi alma al Señor
y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador
porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava,
por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada,
porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre
y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.
Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes.
A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada.
Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
- como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.»
Lucas  1: 46 - 55